lunes, 28 de octubre de 2013

el hombre de los dientes de sal
endurecidos
como estáticos
como montículos de basura
con inocencia extrovertida
con los dientes de sal vieja y húmeda
y las muelas de azúcar negra
vivía
respirando el aire que nosotros no usamos
en el municipio vecino de wonderland (hay muchos mundos así
pero solo algunos tienen fama)

él
arriesgando la vida ajena
se arroja momentáneo
casi como un juego rutinario
al agua
de alguna pileta vacía

no puede comer
tiene hambre
pero sus dientes
son inútiles
y no dejan espacio para que nazcan otros mejores
o que le garanticen
la normalidad de poder comer
como lo hace cualquier hijo de vecino

el hombre dientes de sal
un día
entre los tantos que hay en esta vida loca
probó la sal
y el gusto
le recordaba
a su insatisfacción
a su sal
ni fina ni gruesa
solo la sal de sus dientes
la de un tipo distinto
pero dormido entre pestañas
dormido en la casa vecina

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