el nene sin pensar sin saber sin entender
arrojó con toda la fuerza del vapor del tren de juguete
el gomerazo al aire
inconsciente del peligro abrió su boca
y se dispuso atrapar la piedra cristalizada
y tal vez,
solo tal vez
decidiendo en el momento,
a tragársela
algo de azar, algo de técnica, algo de orgullo, algo de juego,algo de grandes elecciones en pequeños momentos
entonces,
cuando vió venir del cielo
la lluvia de regreso de esa única piedra en el aire
cerró los ojos y con los labios protegió sus dientes filosos y desorganizados
ubicado fielmente en el lugar que su habilidad ya verificada con chizitos en cumpleaños le dictaba
pero cuando la piedra
en esos pequeños instantes
tocó por primera vez su cuerpecito
en ese momento
sintió que era diferente
y la pluma de ese pobre pajarito desafortunado golpeado por un meteorito extraño desde la tierra dejándolo inmovil e inutil al impacto, se incrustó en el paladar del niño
y el pajarito dejando parte de su plumaje en el camino
ingreso por ley de gravedad
a la garganta del pequeño,
ahí estancó
ahí se quedo atorado
y mientras el ave moría en ese túnel oscuro
el nene moría asfixiado con los ojos como huevo frito viendo el hermoso martes soleado de otoño a las 4 y 20 desvanecerse
murieron al mismo tiempo
cayeron dados vueltas
mezclando la culpa y la responsabilidad con la mala suerte y la impotencia
y
ahí
en ese descampado lleno de saltamontes
quedaron dormidos
hasta que el sol se fue
y las estrellas aparecieron como siempre admirando la luna
revivieron
se hicieron uno
se juntaron se mezclaron
tenia alas pero no volaba
tenia boca pero no hablaba
y vivieron juntos por siempre
y vivió solo por siempre
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