dos y cuarenta y siete de la madrugada
(madrugada para algunos)
empiezo a escribir con sueño y sueños
el reloj de la computadora desvelada
pálida
sigue corriendo sus 80 metros
el alguacil vuela en mi monitor
dejando estrellas fugaces sus alitas al pasar
mis hermanITas duermen tras mi espalda
los libros homofóbicos y machistas rodean mi silencio
los ronquidos del silbido de la nada penetran por mi vista
se balancean y acunan en mis ojeras
juancitos corren en mi habitación
haciendo amigos
jugando a las escondidas
pinchando piñatas
armando misterios
tomando matecocido
calentando el pan de ayer
el pino de la casa de enfrente no para de crecer por la noche
y vuelve a ser chiquito cuando se hace de día
los tiros de las armas de los desgraciados
sin un sonido grave
se pierden en la noche sanclementina
albino blanco y negro se hace mi grito
tan callado y suavecito como toda mi poesía
son alemanas nazis jugando a ser judías
son normalmente buenas cuando le pegan a sus hijos
la chica rubia de la pared me guiña los ojos
el pibe fachero arriba de ella me grita barbaridades
y yo solo espero que entre tanto respiro
un salvavidas
color limón
tierno
inflado de amor
me saque del fondo
y me compre un alfajor
(como en los carnavales de Guernica
vestidos de árabes en el fondo de la casa de La Tía)
no quiero dormir en la pecera
ya son mas de las tres y contando...
No hay comentarios:
Publicar un comentario