lunes, 26 de agosto de 2013

La historia del patético hombre que no aprendió a sentir

quince años de mala suerte me dejaste en los zapatos
tres bigotes mal pintados
(a lo Dalí)
y un sobre abierto pero sin carta 
ni dinero
ni un poco de compasión

dame algo de lo que no te dí

tan solo te fuiste
sin decir nada
sin terminar de contarme 
el cuento que habías empezado
y que tanto me entusiasmaba

dejaste al perro muerto de hambre en el fondo
llenos de angustia los cuadros del living
ojos sin retina dentro de aquellos libros
maratónicas horas de sexo en mi cabeza
y no me diste ni los besos de las buenas noches
ni el buen día mañanero
y dudo mucho que mientras yo dormia me hallas besado
                                                     (eso sería suficiente para no escribir
este patético poema)

la mucama se ríe de mi vida
y yo le sigo pagando el sueldo
con mil monedas por mes
y algo de barata comida
pago el precio de su candado

(seguro son amigas y nunca me di cuenta
                              soy tan idiota a veces)

los pelos del gato, cuando duermo, se meten
en mi nariz
no me dejan respirar

son tantos dioses los que alabo
y tan pocos los que acuden
ni siquiera tan pocos.......
.....ninguno en realidad

quisiera tomar el avión 
ser un poco mas valiente
ser tu frazada
tu consuelo
tu plato hondo
cuando llegues cansada
un ducha de agua caliente

quisiera enamorarte
ser tu recuerdo presente
existir
penetrarte firmemente 
con mis parpados
y decirte sin palabras
lo que nunca me animé a decir


quisiera embarazarte de coraje
llevarte en un carruaje
y gritar como un lobo al viento
a la luna
que te amo tanto
que el miedo romanticón 
quedó en esa maldita maleta
cuando te fuiste de viaje

quisiera darme cuenta
entre otras tantas cosas
que estás dormida 
abrazandome
al lado mio
soñando lo mismo que yo
que compartimos nuestras vidas

te toco y no te siento
soy de fuego, por eso no enciendo

No hay comentarios:

Publicar un comentario